Artistócrata

Hay que insistir muchas veces en una mancha para que poco a poco desaparezca como le ocurre a la creactividad, que revolotea muchas veces sobre la conjunción universal de los conceptos hasta que poco a poco aparece una nueva idea. Esta luego se sumará a otras ideas para ampliar el conocimiento humano. Es un trabajo largo y costoso en el que todos aportamos algo y de alguna manera somos responsables; sin embargo quemar la biblioteca de Alejandría no fue una buena idea, pues se perdió el gran trabajo de toda una sociedad que en muchos aspectos fue más avanzada que la nuestra. El semillero de El Rincón del Neologismo planta una nueva idea otra semana más, esperando que alguien la riegue tan solo con leerla...


Artistócrata: se refiere al tipo de persona, animal o cosa que decide ser artista para ganar respeto, fama y dinero, entrando con ello a formar parte de la aristocracia de un país.

La primera incoherencia es decidir ser artista, ya que esto no es una cualidad que se pueda elegir, de la misma manera que uno no decide ser alto o bajo, rubio o moreno, chino o negro, heterosexual u homosexual, polisexual u hermafrodita... Ser artista y rico es un invento del siglo XX, pues a lo largo de la historia la mayoría de artistas e incluso genios han vivido al margen, sobre todo al margen de la comodidad y al de contentar constantemente a su  público, pues la soledad y la marginalidad son lugares privilegiados para observar la vida y la sociedad con los ojos de quien luego usará su arte para plasmar y relatar quiénes somos, cómo nos comportamos, cómo sentimos, cómo evolucionamos... Por tanto, quien decide ser artista, quizás está forzando ser algo que se aleja de la esencia y el sentido del arte, ya que realiza un trabajo enfocado en hacer fortuna, en obtener reconocimiento y en que todo el mundo lama de su ano y hable constantemente de él para que su ego sufra una erección de tal tamaño que le produzca un desgarro en el tejido cavernoso del ego terminando la fiesta en urgencias. Cuando en realidad es más fácil ganar todo eso dedicándose a otras cosas.

Quien es artista lo es simplemente porque no puede evitarlo; si puedes vivir sin escribir, sin pintar, sin cantar, sin tocar un instrumento, sin imaginar una historia para contar, sin ver el mundo a través de una cámara... ¡enhorabuena!..., ¡no lo hagas!..., te ahorrarás muchos problemas en tu vida. Si por el contrario no puedes vivir sin hacerlo, padeces del mal de sensibilidad, la inquietud y el inconformismo son tu fuente de energía, has dejado trabajos bien remunerados porque perdías tus días sin encontrar tu sitio, cambiaste de pareja ochenta veces porque nadie comprendía tu filosofía de vida, e incluso han fracasado contigo todas las clínicas de desintoxicación del pensamiento a las que has ido... ¡enhorabuena!..., ¡¡¡Bienvenido al interminable camino de la búsqueda constante!!!

Si por contra eres de los que sueña con alcanzar el éxito para no tener que ir a trabajar y convertirte así en un nuevo artistócrata, por parte de El Rincón del Neologismo ¡PUEDES IRTE A LA MIERDA! dándote las putas gracias por contribuir a que la confusión entre arte y entretenimiento abunde en la falta de cultura que nos enseñaron en las escuelas y que ya no nos podemos permitir más. Pues entre otras cosas son la ignorancia y la incultura de un pueblo las que permiten que ocurran situaciones tan intolerables como las que se viven actualmente en el país de la pandereta, donde el buen criterio lo imparten las televisiones y sus artistócratas creando a una población cada vez más incapaz.


Amartya Sen, premio Nobel de Economía, mostró también que no se puede medir el grado de desarrollo de un país contando en número de coches o electrodomésticos, ni tampoco el de ordenadores o teléfonos móviles, ni siquiera considerando la renta per cápita. Con una gran cantidad de bienes de este tipo, un país puede encontrase por debajo de la línea del desarrollo auténtico si sus habitantes no tienen la capacidad suficiente como para saber aprovecharlos y llevar adelante una vida feliz.

Por eso propuso tomar como medida del desarrollo de un pueblo la capacidad de sus gentes para elegir los proyectos de vida que les parezcan atractivos, la capacidad de apostar por propuestas de vida buena. Y uno de los elementos clave es la cultura. Un país con poca riqueza cultural no sabe disfrutar con inteligencia de bienes tan valiosos como la poesía, la buena música, la literatura, las artes plásticas, la naturaleza, las relaciones de amistad, la solidaridad, los proyectos de justicia compartidos, los proyectos de vida en plenitud.

Extraído de la columna "En Primera Persona" (Adela Cortina) Smoda, El País, 24 de mayo de 2014.


Por favor artistócratas dejen ya de jodernos con sus estribillos vacíos, con palabras con el significado limado por el abuso y mal uso, con slogans programados para instalarse en nuestro monologo interno, con la autenticidad como postura y parte de un producto preparado. Dejen de vomitarnos sus remakes de películas dedicadas a seducir retinas vaciando la profundidad de las historias y los personajes que, tiempo atrás, alguien relató mejor. Pues da igual que el robot mida ochenta metros, que no quepa en el plano y que haya sufrido una metamorfosis perfecta porque hace un minuto era una excavadora alienígena, la esencia de la historia sigue estando en ese pequeño humano que tiene que enfrentarse a él, como en su día hizo David con Goliat, o cada día lo hace un artista consigo mismo y con su sociedad.


Fama o integridad: ¿Qué es más importante?
Dinero o felicidad: ¿Qué es más valioso?
Éxito o fracaso: ¿Qué es más destructivo?

Si miras a otros en busca de plenitud
nunca alcanzarás la autentica plenitud.
Si tu felicidad depende de tus posesiones
nunca estarás feliz contigo mismo.

Conténtate con lo que tienes;
regocíjate en que las cosas son como son.
Cuando comprendes que nada falta,
el mundo entero te pertenece.

Lao Tse

Con cariño para la más LeGardon de todas las Ainaras, sin esas conversaciones imposibles de concluir aún estaríamos más perdidos..., todavía.




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