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jueves, 28 de septiembre de 2017

¿Indecendencia o Sobertiranía? 2


Capítulo Segundo: Sobertiranía

            Y al final Cataluña no se independizó. Gracias a la fuerte manipulación española a través de la presión mediática y el miedo Cataluña tuvo que rendirse ante España por la derrota sufrida en una guerra sin armas. Aunque las huestes más rancias y añorantes de dictaciones habrían gustado ver la salida de esos tanques tomando la ciudad, derrocando a un president con cara de quesito que pasaría a la historia como el vencido. Las tácticas modernas de guerra ya no utilizaban la obsoleta munición de plomo y pólvora. En ese momento eran las bombas de información y el terror guiado por la economía los que decidían el destino de las personas. Cataluña se vio obligada a seguir siendo a disgusto el socio que más dinero ponía en el presupuesto del pastel español, pero esta vez sabía que se quedaría con menos trozo. La hispanidad, ya que había ganado la guerra, no dudó en humillar otra vez a los derrotados como antaño, borrando con soberbia los signos distintivos de su cultura mientras se dibujaba un futuro con la lengua catalana extinta y sustituida por el más déspota castellano. España tras superar este duro desafío creció en confianza, reafirmó la Sobertiranía nacional de su territorio, mejoró su imagen en Europa y en el mundo, y experimentó el mayor crecimiento económico desde la transición. Don Mariano Rajoy se alzó como el presidente que, sin hacer nada, consiguió derrotar al enemigo secesionista catalán, acallando cualquier otro sentimiento nacionalista de otra Comunidad Autónoma que no fuera el sentimiento español. En las siguientes elecciones volvió a ganar el presidente Rajoy con mayoría absoluta sin apenas esfuerzo, como en tantas otras ocasiones, y, continuó ganando legislatura tras legislatura, e incluso cuando intentó jubilarse el pueblo convocó un referéndum pactado y vinyaculante para que se volviese a presentar. Por sucuesco, en el referéndum salió un rotundo sí y Don Mariano volvió a ganar las elecciones en plena senilidad de sus facultades. España totalmente unida y crecida ante su victoria y la admiración del resto del mundo empezó a recordar el imperio que fue siglos atrás, ese sentimiento le hizo rebuscar entre sus viejas derrotas castellanas la solución para curar sus antiguas heridas que no le permitían crecer y sin dudarlo decidió reconquistar Portugal. Perdió la guerra una vez, pero esto no volvería a suceder. España ya sabía cómo utilizar las tácticas modernas de invasión y propuso un referéndum para que Portugal se anexionara a España. Fue una carrera de fondo y un agotamiento informativo demoledor para los ciudadanos, pero al final los portugueses rendidos ante la Sobertiranía española se subyugaron al país que en el Medievo fue el mayor imperio del mundo. Tras haber reconquistado Cataluña y Portugal no había quien parase a España y pronto conquistó a Francia, Italia, Grecia, Alemania, Reino Unido y el norte de África. La que un día fuera Al Andalus, crecida ahora con sus victorias, fijó su objetivo en la reconquista de Latinoamérica, pues España siempre supo que ese territorio le pertenecía y este eternamente le debería el favor de haber sido descubierta para el resto del mundo. En pocos años China y Estados Unidos empezaron a temer a España y sus líderes temblaban como un flan cada vez que se encontraban en una reunión con Lord Rajoy, el gran presidente del Imperio Español, nombrado durante diez años seguidos como presidente más valorado en el mundo por la revista Cosmopolitan, además de obtener el premio Nobel de la Paz en dos ocasiones. El Imperio Español volvía a emerger, viviendo grandes años de bonanza. Pasaron las décadas y todo el mundo era un único país: España. Se colonizó la Luna que también era España. Se colonizó Marte y también era España. Vinieron al fin los extraterrestres a visitarnos y en pocos años, Ganimedes, Orión, Casiopea y las Pléyades eran España. Para ese entonces Rajoy ya había fallecido, pero continuaba estando en el poder pues había prestado un servicio tan grande a su patria que por votación popular en referéndum se decidió que fuera clonado antes de morir y tras morir su clon se hizo otro clon y así sucesivamente. Fue en la era de Rajoy VIII que media vía láctea era España y pese al esplendor del momento el seguía afligido por que a cada nuevo mundo que conquistaba aparecía otro nuevo, pareciendo una tarea imposible de terminar, sabiendo que él no podría ver cumplido el gran sueño de su padre el Rajoy original: ¡España una grande y libre! Redobló sus esfuerzos, sucedieron varios presidentes más y en pocos siglos todo el universo era España. Incluso varios universos paralelos fueron conquistados gracias a los avances de la tecnología de transporte cuántica. En el final de los tiempos España entró en un desdoblamiento espacio-temporal producido por la relatividad de su existencia en varios universos y dimensiones a la vez y fue entonces cuando Rajoy XXIII por fin pudo decir con la cara bien alta, contento y con orgullo ¡¡¡España una infinita y libre!!!



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