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jueves, 10 de julio de 2014

Marrofonista


Al no movernos, los huesos y músculos pierden sus capacidades locomotoras, como también pierden capacidades cerebro e intuición si no hacemos uso de ellos. El deportista trabaja duro con su cuerpo al igual que el artista con su intuición, su mente, y también en muchas disciplinas, su cuerpo. Se puede tener un don y mucho talento, pero sin trabajo será difícil recoger fruto alguno. El Rincón del Neologismo no es más que el entrenamiento en el gimnasio de la mente, la intuición, la ficción, la invaginación, el humor..., de quién en algún lugar, en un imperceptible punto del planeta, a través de una conexión a esa red, que como tela de araña a todos nos atrapa, ahora mismo está escribiendo..., no vaya a ser que algún día le salgan frutos al árbol de las palabras y le toque ir a recogerlos...



Y sin más dilatación pasamos a proponer una palabra recién sacada del horno para que podáis usar en próximas conversaciones, o quizás tan solo sirva para que vuestros músculos faciales, atisben un esbozo de sonrisa y luego caiga en el olvido de los neologismos que nunca aceptará la RAE por su exceso de coloquialidad, lo cual hará que una generosa gota de sudor recorra todo el tronco de nuestro pene y sea gustosamente reabsorbida por nuestros bonitos calzoncillos de Bob Esponja...

MARROFONISTA, esta palabra sirve para referirnos a la persona que en su trabajo se dedica a resolver MARRONES por teléfono. Por ejemplo, un empleado\a del número de emergencias 112, es un profesional preparado y cualificado para comerse grandes MARRONES telefónicos durante horas, y cada uno de ellos es diferente, con lo cual nunca sabe del todo como los ha de resolver, merendando una generosa cantidad de estrés. Este sería un caso de MARROFONISTA NOBLE, ya que es una persona que nos ayuda y con la que estamos dispuestos a aguantar todo el tiempo al teléfono que haga falta.

Luego está el MARROFONISTA DE COMPETICIÓN. Este podría ser, por ejemplo, un trabajador\a de una empresa de comunicaciones del departamento de reclamaciones o atención al cliente. Acceder a ese MARROFONISTA te costará como mínimo 45 minutos tras ser atendido por varias máquinas mientras escuchas las distintas canciones apestosas y felices que no consiguen rebajar tu nivel de enfado. Ese empleado está ahí para engullir MARRONES, para que le hablen mal e incluso le insulten por los problemas que ha generado a los clientes la empresa para la cual trabaja, en una mayoría de casos de manera injusta. Un MARROFONISTA DE COMPETICIÓN trabaja para el sistema de abusos y engaños de grandes empresas por menos de mil euros al mes. Las primeras semanas en ese trabajo le suelen afectar al aparato digestivo y también al aparato onírico, produciéndole trastornos en el sueño, y hasta un pequeño estado de ansia, pero tras pasar el periodo de prueba todo vuelve a su sitio y se hace un experto esquivador de los zurullos telefónicos que llegan a su oreja. Muchas veces el cliente es consciente de que quien le está atendiendo tan solo es un empleado y no tiene la culpa, pero es tal la impotencia que se siente hablando con un MARROFONISTA DE COMPETICIÓN que también es necesario, por parte del consumidor, desahogarse cagándose un poquito en uno o varios miembros de la familia de la única persona que le escucha de una empresa a la cual odia y todavía le sigue cobrando por un servicio que le está prestando mal o ha dejado de prestarle.

Pero no siempre se trata de defender los culos gordos de los gordos oligarcas para que estos puedan seguir engordando aún más, pues a raíz de la crisis ha ocurrido que en muchas pequeñas y medianas empresas ha sido un empleado, una secretaria, un pseudo-encargado, etc…, a quien le ha tocado adoptar el papel del MARROFONISTA COLATERAL, desarrollando una disciplina sublime en el arte de saber dar largas en lo que pagos a proveedores se refiere, y en el peor de los casos cuando ha tocado retrasar el pago de los salarios a los empleados. La cosa es que suena el teléfono y a ese pobre empleado le da un escalofrío que recorre toda su espalda enviando una señal de irritación a su colon el cual informa a su cerebro de que tiene unas enormes ganas de hacer caca, pues se ve obligado a hacer una tarea que no es la suya, que es injusta e ideológicamente no comparte, que no le está siendo remunerada, y que tan solo es capaz de hacer porque se encuentra bajo amenaza de despido constante, porque las cosas están muy mal, mientras el jefe sigue desorganizando la empresa desde su despacho, o desde su apartamento alquilado en el centro del centro de la ciudad  por 1500€ al mes, o, en el peor de los casos, desde su yate rancio y barato de color beige desgastado comprado en el año ochenta, rodeado de putas, también ochenteras, y coca de baja calidad pagada a precio de colombiana.




En El Rincón del Neologismo nos solidarizamos totalmente con los MARROFONISTAS COLATERALES, y hay que decir que debido a la crisis todos nos hemos sentido un poco MARROFONISTAS, pues a quién más y a quién menos, nos ha tocado capear alguna llamada de la compañía eléctrica o del agua, amenazándonos con el corte de suministro, y gracias a nuestros dones de MARROFONISTA IMPROVISADOR que escucha jazz pero tiene actitud de rock, hemos logrado evitar ser aplastados por la maquinaría neolobbyeral, que tanto está apretando nuestras clavijas…, hasta que al final un día se romperán y se quedará sin ellas.


Dedicado a nuestro gran amigo Lolo, uno de los grandes mártires del más injusto y desgarrador MARROFONISMO COLATERAL del siglo XXI, total para seguir sin cobrar...

  


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