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jueves, 9 de enero de 2014

Yufólogo


Los biólogos marinos consideran a las anémonas o al caracol marino Elysia chlorotica como grupos de seres vivos difíciles de clasificar, pues en esa manía occidental de querer etiquetarlo todo en vez de ser capaces de poder disfrutarlo en su totalidad, no está muy claro si son animales o plantas. Esto plantea, que no animalea, un serio problema, ¿podría un vegetariano o un vegano comer anémonas o esta rara variedad marina de caracoles?..., efectos secundarios urticantes aparte en El Rincón del Neologismo tan solo somos capaces de poder saciar el hambre de esas personas a quién les encanta devorar palabras bien frescas y jugosas, buscar etimologías y consultar en diccionarios raros el origen de ciertas expresiones o lenguas en desuso y en deshueso y así seguir perdiendo el tiempo con lo más valioso que hay en esta vida: poder hacer esas cosas que no dan dinero a cambio...



Vamos pues con el primer neologismo del año deseándoos a todos de corazón que este sea una año muy frutífero para vuestra lengua y alrededores. Y la palabra que proponemos para esta semana es: YUFÓLOGO, construida por el prefijo YUFO y el sufijo ÓLOGO. La palabra YUFO no es más que otro sinónimo de nuestra rica lengua castellana que sirve para referirse al gas metano producido por los intestinos de los humanos y de los animales en la digestión. Dicho esto se comprende enseguida que un YUFÓLOGO es una persona que se dedica a investigar el maravilloso, apasionante y todavía desconocido fenómeno YUFO(Yema Undefined Flying Olor).

En cualquier reunión social de dos o más personas, ya sea en una fiesta, en una discoteca, en un autobús o en un pequeño ascensor, en ocasiones percibimos un fuerte aroma como si de una vieja y grasienta cocina de una vieja hirviendo coles se tratase, hecho del cual aparentemente nadie se hace responsable mientras a uno le toca sin tan siquiera poder pestañear, ir tragándose hasta terminárselo ese purulento elixir, fruto de la agresiva descomposición intestinal de algún individuo, que defolia abrasivamente nuestra pituitaria..., es entonces cuando el auténtico YUFÓLOGO entra en acción y sólo él es capaz de analizar cada gesto, de leer en cada mirada, de detectar las pequeñas variaciones en la apertura del iris, de observar el suave sudor entre los dedos de la mano o los pequeños brillos en la frente y en las sienes, etc..., que delatan al culpable generador de YUFOS en el ambiente..., ¡y da gracias y reza de no haber sido tú!, porque de un buen YUFÓLOGO no te podrás escapar jamás, pues con una leve sonrisa que se transformará automáticamente en una mirada seria te hará saber que te ha pillado y que tú eres el culpable aunque no tengas las palmas de las manos rojas.

Hay que apuntar que en España hay muy pocos YUFÓLOGOS fiables, y cierto es que cada vez hay más intrusismo y más vendedores de humo, vendedores de YEMA en este caso, de los que no te puedes fiar y que le están haciendo mucho daño a esta noble profesión, sobre todo porque se dedican a distraer nuestros olfatos haciendo que olamos YUFOS donde no los hay, en vez de hacer que nos fijemos en los fuertes olores a descomposición, podredumbre y azufre producidos por tantas cagadas a las cuales parece que al final ya nos vamos acostumbrando, evitando así darnos cuenta de que el dulce aroma del aparente éxito de los culos de las altas esferas cada día huele peor.


Dedicado al gran YUFÓLOGO de furgoneta y escenarios, Miguel Ángel Santero Escrivano.





1 comentario:

  1. A buen entendedor pocas palabras bastan...a buen yufologo con aspirar una sola bocanada basta.

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